Método pedagógico

El espíritu de empresa y la gestión de organizaciones complejas a través de continentes y culturas dispares no son cualidades innatas.

Se trata, al contrario, de una disciplina de espíritu y de acción que se funda en las aptitudes y las competencias que resultan de una formación que incide en el intercambio y la comprensión como valores estratégicos de la empresa. El hecho de ser el germen de los managers de las relaciones entre Europa y el Japón del día de mañana, supone para Eurasiam imponerse tres objetivos:

Comprender para actuar

Hoy en día ya no es posible reducir la formación sobre management internacional (y sobre todo en las relaciones entre Europa y el Japón) a conocimientos generales sobre comercio internacional.

Ser un manager europeo en el Japón exige un espíritu de análisis de las reglas y prácticas de management propios de los contextos tanto europeo como asiático. Significa asimismo ser capaz de comprender los medios sociales y aprovechar las oportunidades de interacción entre las dos sociedades.

El éxito comercial no puede concebirse más que como una capacidad para integrar y gestionar con seguridad flujos de información divergentes, de estructurar las relaciones humanas como un recurso estratégico de la empresa y de generar una reflexión creativa e innovadora.

Concebirse profesionalmente en términos de movilidad

Esta cultura de iniciativas no puede llevarse a cabo más que mediante una profunda capacidad para juzgar las competencias profesionales propias bajo el prisma de la movilidad y la capacidad de reacción. Precisamente son esta movilidad geográfica y funcional las que permiten a uno posicionarse como promotor del cambio ante equipos directivos, facilitando la adquisición de recursos en el marco de los planes estratégicos y logrando una sinergia de competencias y saber hacer.

Concebir, animar e integrar

Garantizar la credibilidad y responsabilidad en el mercado japonés supone dominar los parámetros tecnológicos, estratégicos y, sobre todo, humanos, que permiten una valoración conjunta de las unidades de la empresa.

Únicamente mediante una inmersión cultural y una política de intercambio, los managers del día de mañana serán capaces de ver en perspectiva las claves del potencial personal y organizativo en función del entorno económico, financiero, jurídico y humano en el que se concreta un proyecto de envergadura internacional.